Los insecticidas sistémicos son algo que los jardineros y agricultores ya conocen, por lo que también puedes adaptarlo a usar al enemigo contra él mismo. Esto podría parecer difícil, sin embargo, confía en nosotros; deberías entender y saber exactamente qué puede ofrecer este componente principal a tus plantas. Lee este artículo para más detalles sobre ello y cómo utilizarlo.
Una de las ventajas más importantes de los insecticidas sistémicos es que, en realidad, protegen las publicaciones durante un período más largo que otros preparados antifúngicos. Pero el insecticida está dentro de la planta y, por lo tanto, no se lavará mientras riegues o llueva. Lo cual es bastante beneficioso para cultivos que podrían necesitar algo de protección durante toda la temporada. ¿No sería genial si supieras que tus plantas están siendo protegidas por una defensa blindada de larga duración?
Lamentablemente, los insecticidas sistémicos también están sujetos a problemas. Si se utilizan de manera incorrecta, pueden causar daños a insectos beneficiosos como abejas y mariposas, así como a animales cercanos. Los insectos beneficiosos ayudan al medio ambiente fomentando la polinización y asegurando un porcentaje de plagas para mantener un equilibrio, ¡gracias a eso! Estos químicos pueden acumularse en el suelo y eventualmente causar problemas, así como impactos negativos en nuestro medio ambiente.
Cuando una planta absorbe un insecticida sistémico, cualquier insecto que venga y comience a morderla quedará envenenado. Es análogo al "cerebro" de los insectos y provoca la alteración no solo de ellos, sino que también afecta a todo el sistema nervioso. Le sigue la parálisis, y pronto el insecto morirá. Aunque es un método útil para controlar plagas, también hay efectos secundarios equivalentes para cualquier cosa similar. Por ejemplo, las abejas u otros polinizadores en una planta tratada con insecticida sistémico. Así que mata también a otros insectos beneficiosos como las mariquitas o las crisopas. Esto puede alterar el equilibrio natural que es tan crucial para un ecosistema sostenible.
Así que, hay algunas cosas a considerar al momento de comprar insecticidas sistémicos. El primer paso es identificar qué tipo de plaga, particularmente un insecto con el que estás lidiando realmente y en segundo lugar, si en esa situación un insecticida sistémico sería adecuado antes de proceder, aunque podría haber otras formas más ecológicas que funcionen tan efectivamente o incluso mejor, como los depredadores naturales o el control orgánico de plagas.
DEBES entonces LEER SOLAMENTE LAS INSTRUCCIONES de este o del insecticida que vayas a rociar Y UTILÍZALO EXCLUSIVAMENTE COMO SE INDICA. Debes usar la cantidad correcta y aplicarlo en el período perfecto para evitar dañar a otra fauna silvestre. Al seguir esas reglas, puedes ser un horticultor responsable con el medio ambiente, manteniendo tus plantas sanas sin causar ningún peligro no deseado a la vida silvestre circundante.
Preocupaciones Ambientales: Con una planificación cuidadosa, siempre que el producto se utilice de acuerdo con su etiqueta (con la conciencia sobre los polinizadores y nuestro posible impacto en la fauna), estos químicos pueden ser utilizados con éxito para la naturaleza. Los insecticidas sistémicos, cuando se aplican de esta manera, serán ingeridos por los trips y sus ninfas, pero no causarán daño a nuestras plantas o cultivos.
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